El ángel se arrodilló a mi costado
para saborear tu figura crepuscular
en un mundo de ideas y presagios,
en la cima sin tamaño ni lugar.
Y mas allá de estas simples palabras
el ave, entre las sombras resurgirá
para darle forma de estela gastada
en el manantial de nuestra realidad.
A beber de la cuna de la vida
abastecernos por la inseguridad
mirarnos fijamente a los ojos
en nuestras almas vamos a estallar.
Sin camino hacia ningun lado
izquierda o derecha, no importa el lugar
encarar el cielo con desmanes hermosos
mi ángel,
esta vida nos vamos a regalar.
miércoles, 3 de junio de 2009
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